lunes, 14 de noviembre de 2011

Casi todo

De Italia me gusta casi todo. Ojo, es importante el casi en esta frase. Cuando te gusta todo no hay duda, al igual que cuando no te gusta nada, pero casi todo y casi nada dicen más que los absolutos o extremos todo y nada.


De Italia me gusta la luz y el paisaje, el arte y la energía, el idioma y la gastronomía, la gente y su carácter esforzado y valiente. En Italia puedes perderte junto a un río o en una ciudad cubierta de agua y parecer que estés en otra época. Puedes ver los monumentos más hermosos y enormes en el rincón más diminuto, como caídos del cielo, al doblar una esquina –así sentí la fontana de Trevi cuando la vi, cuando me la encontré–.


Italia es, pese a Berlusconis y papistas, un paraíso de historia, de cultura, de muestra de belleza que, nos guste o no, ha estado sometida y ha sido ridiculizada en dos ocasiones destacables: durante la Segunda Guerra, con Mussolini, y ahora, con Berlusconi. Dos momentos fatídicos, como en casi todas las grandes historias y en todos los maravillosos países de los que te gusta casi todo.


Italia me ha dado dos buenos amigos, del norte y del sur, así que no puedo generalizar en eso de los caracteres. Me ha dado el idioma –uno de los más hermosos–, cuyo aprendizaje en la universidad me llevó a leer en el original a Calvino o a Pavese y a comprender mejor mi lengua nativa, el castellano. Me ha dado momentos increíbles en una terraza junto a los Uffizi y los mejores paseos artísticos que uno pueda imaginar. He visto pueblos como Orvieto, Asís o Verona, ciudades como Bolonia, Florencia o Venecia que me han hecho fantasear como ningún otro lugar conocido.


Italia es más que un tópico y hay que conocerla teniendo en cuenta el casi porque siempre va a haber algo que disguste, un día concreto, un personajillo infame que arruine la reputación de todo un pueblo, pero de eso aquí también sabemos bastante, hemos tenido varios, dos bien sonados y recientes –y también pequeños, por cierto–, y todo se supera, los complejos, las manías, las dictaduras, las desvergüenzas, todo, no hay cavaliere que pueda impedirlo.

2 comentarios:

  1. De nuevo objetiva, valiente, acertada y por supuesto poderosa en el uso del lenguaje.
    Pero se me ocurre una idea: por qué no comienzas con un blogg de viajes??
    Ahí queda eso!

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