Doy mi paseo hasta el centro de mayores donde voy a votar y me encuentro pensando en esa frase de Esperanza Aguirre, esa de que el paro es como una beca para disfrutar de un año sabático. Me gustaría contarle a esta señora cómo es el paro. Ella, sentada en los toros, Manola ella, y yo contándole mi paro día a día, frustración tras frustración. Mis seis meses sabáticos hundiéndome en el pozo, mis seis meses sabáticos perdiendo la confianza en la vida, en mí misma, sin esperanza. Y sin ella, sin esa esperanza madrileña vomitiva, quiero seguir. La otra ya la he recuperado, poco a poco, aunque aún estoy en ello. Gracias a personas como Manuela Carmena o Ángel Gabilondo espero encontrar otro Madrid que se perdió, y es ya irrecuperable, pero que quizá ahora, después de tanto tiempo, pueda volver a tener color y luz y sea el escenario del trabajo y del progreso y no del paro y la tristeza del parado que arruina vidas y familias y nos hace tristes cuando no lo éramos.
A por otro Madrid con Manuela, con Ángel y con los que creen en las personas y en su inteligencia, que no somos tontos.