lunes, 26 de diciembre de 2011

El arte de regalar

Hay días en los que quieres concentrarte en la lectura y no eres capaz de leer dos líneas seguidas sin tener que volver atrás, releer de nuevo, intentar entender, porque en realidad estás pensando en otra cosa. Lo más práctico es darse por vencido y cerrar el libro, te evitas la angustia de ir adelante y atrás una y otra vez. La concentración es a veces un lujo.


Ayer por la noche, después de una Nochebuena maravillosa en la intimidad y el afecto más profundo endulzada con tiramisú casero y una deliciosa fragancia nueva en mis muñecas, regalo de Noel, y de un largo día de Navidad cargado de emociones, era incapaz de relajarme, de repente sola en casa. Miré los regalos recibidos, olí los nuevos libros, visualicé el sorprendente envoltorio en celofán de una cesta azul llena de tomos nuevos, entre los cuales estaba la novela de Manuel Rivas, Los libros arden mal, dedicada por el autor, acompañada del dibujo de una herradura hecha con pluma por él mismo. La maravillosa edición de Las zapatillas rojas de Andersen de la editorial Impedimenta se encuentra también entre los volúmenes. El regalo incluye la ilustración que un artista gallego ha hecho para una de las librerías más especiales de La Coruña, la Librería Colón.


La cesta es de plástico azul trenzado y está rodeada por lazos de tela de los que cuelgan distintos objetos que mi hermana ha ido añadiendo al regalo principal, los libros. Cada uno de los objetos es precioso y preciado: una taza de té, dos cacharritos para infusiones, uno representa una fresa y el otro es de acero, moderno. Una jarrita blanca para la nubecita de leche que incluyo siempre en el té, unos guantes negros con pequeños lunares blancos que quería y habíamos visto juntas, mi hermana y yo, cuando viajé a La Coruña, un pincho USB del que cuelga una menina y que contiene los vídeos de mi sobrina desde que nació.


Es un regalo tan único que me siento incapaz de leer, de dormir siquiera, tengo que asimilar algo tan bello y generoso. Me apabulla el arte de regalar de mi hermana, que ha revelado su parte creativa a través del obsequio, del detalle. Unos se expresan con el dibujo, la escritura, tocando algún instrumento. Otros lo hacen con lo que regalan y preparando las cosas más simples para que resulten hermosas. Es mi hermana mayor y mi madrina, pero quizá sea en realidad mi hada madrina, la que ha concedido mis deseos esta Navidad.

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