domingo, 26 de agosto de 2012

Mi mamá me lee


Mamá corre a la tienda de libros y prensa de su amiga en cuanto amanece, las legañas aún pegadas a los ojos, para leer lo que escribo.

No tiene ordenador ni ningún dispositivo con conexión a internet, así que lleva anotado en un papelito el enlace al blog y lee en la pantalla del ordenador de su amiga lo último que he escrito, y a veces hasta se lo imprime.

Mamá  no solo lee lo que escribo, también lo analiza minuciosamente y me advierte de las erratas en los textos, que las hay. Es meticulosa y sé que está sorprendida por lo que escribo. Ahora tiene tiempo para leerme una y otra vez. Ya no se trata de textos de la infancia, ni siquiera de cuentos que sí ha leído en otras ocasiones, sino de reflexiones y opiniones de su propia hija, con la que comparte cierta visión del mundo.

Sé que probablemente se pierda en alguna metáfora o alusión pero en general es mi más ferviente admiradora y siempre que puede me recomienda y le habla a los demás de mí. Me la imagino con el papelito del enlace al blog en la mano, paciente, esperando a que el otro copie la dirección que le muestra. Nadie la defrauda, y todos acuden solícitos a la página recomendada.

Es extraño, en general, que a una edad ya madura tu familia empiece a conocerte de otro modo, a verte con otros ojos por lo que escribes, cuentas y opinas en un espacio tan íntimo. Al principio sentía un pudor incapaz de superar pero una vez lanzada, prefiero no pensar en quién me lee y ser honesta con lo que escribo y en cómo lo hago. Intento que esté bien redactado, que tenga un tono uniforme, y aunque a veces varía, y paso de temas reales a otros más imaginarios, creo que en general empiezo a tener un estilo.

El próximo día mamá leerá de nuevo lo que escriba, lo que he escrito, esto mismo. Ya no puedo evitar imaginar sus reacciones y su rostro sereno y hermoso leyendo mis palabras. Me fascina esta nueva relación entre las dos y la noto feliz. Dice que en cuanto regrese de vacaciones se compra un ordenador, ella que apenas ha tocado dos teclas de alguno en su vida. Pero el poder del amor es muy fuerte y te hace osado y valiente.

Mi mamá me mima, y también me lee.

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