Mamá corre a la
tienda de libros y prensa de su amiga en cuanto amanece, las legañas aún
pegadas a los ojos, para leer lo que escribo.
No tiene ordenador
ni ningún dispositivo con conexión a internet, así que lleva anotado en un
papelito el enlace al blog y lee en la pantalla del ordenador de su amiga lo
último que he escrito, y a veces hasta se lo imprime.
Mamá no solo lee lo que escribo, también lo analiza
minuciosamente y me advierte de las erratas en los textos, que las hay. Es
meticulosa y sé que está sorprendida por lo que escribo. Ahora tiene tiempo
para leerme una y otra vez. Ya no se trata de textos de la infancia, ni
siquiera de cuentos que sí ha leído en otras ocasiones, sino de reflexiones y
opiniones de su propia hija, con la que comparte cierta visión del mundo.
Sé que
probablemente se pierda en alguna metáfora o alusión pero en general es mi más
ferviente admiradora y siempre que puede me recomienda y le habla a los demás
de mí. Me la imagino con el papelito del enlace al blog en la mano, paciente,
esperando a que el otro copie la dirección que le muestra. Nadie la defrauda, y
todos acuden solícitos a la página recomendada.
Es extraño, en
general, que a una edad ya madura tu familia empiece a conocerte de otro modo,
a verte con otros ojos por lo que escribes, cuentas y opinas en un espacio tan
íntimo. Al principio sentía un pudor incapaz de superar pero una vez lanzada,
prefiero no pensar en quién me lee y ser honesta con lo que escribo y en cómo
lo hago. Intento que esté bien redactado, que tenga un tono uniforme, y aunque
a veces varía, y paso de temas reales a otros más imaginarios, creo que en
general empiezo a tener un estilo.
El próximo día mamá
leerá de nuevo lo que escriba, lo que he escrito, esto mismo. Ya no puedo
evitar imaginar sus reacciones y su rostro sereno y hermoso leyendo mis
palabras. Me fascina esta nueva relación entre las dos y la noto feliz. Dice
que en cuanto regrese de vacaciones se compra un ordenador, ella que apenas ha
tocado dos teclas de alguno en su vida. Pero el poder del amor es muy fuerte y
te hace osado y valiente.
Mi mamá me mima, y
también me lee.
¡Muy bonito! ¡Me encanta! Seguro que le hace mucha ilusión...
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