lunes, 19 de marzo de 2012

Entre santos y días

Sé que las fiestas en honor de alguien y que comienzan con “Día de…” y terminan con la mujer trabajadora, el padre, la madre, el orgullo gay, etc. son la excusa para irse un puentecillo.

En nombre de los santos también hay unas cuantas. Sin ir más lejos, quedan apenas quince días para la esperada Semana Santa, que lejos de ser una fecha de culto religioso más bien se ha convertido en el periodo primaveral vacacional por excelencia. Playa, montaña, “el pueblo”, no hay que irse más lejos, se llenan de ociosos y turistas a la búsqueda del descanso, la desconexión de la rutina y la huida del tedio.

Hoy es el Día del Padre, y me asomo a la ventana esperando ver algo que haga que lo parezca. No veo a nadie, no escucho más que a mis ruidosos vecinos. Se ha ido mucha gente este día y probablemente al mediodía se note en los restaurantes y bares de aperitivo que se está celebrando algo por el excesivo consumo de alcohol y el abrigo de pieles de la abuela.

En Rusia, al Día del padre se le llama Día del hombre, se celebra un día para el sexo masculino. Está bien, porque así, los que no son padres no se sienten excluidos. En fin, entre santo y tradición, falsas reuniones familiares, regalos obligados y demás tonterías peninsulares y foráneas me voy a tomar el segundo café de la mañana.

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