sábado, 3 de noviembre de 2012

A medias

Siempre he pensado que los términos medios no son buenos. Nunca he entendido a los partidos "de centro", ni las medias tintas de ningún tipo, es como estar sin estar. Nunca he vivido a medias, aunque en determinados momentos tenga la sensación de estar a la mitad de todo.

Estoy en el nivel intermedio en natación (traducción: nado bien pero no para tirar cohetes). Mi nivel de inglés es intermedio (traducción: chapurreo, comprendo aquí y allá pero me queda mucho para alcanzar coherencia en el discurso y comprensión absoluta de lo leído y escuchado). Tengo cuarenta años, casi la mitad de una vida (entendámonos, de calidad, no se trata de aguantar como sea) y no tengo la sensación de haberlo conseguido todo o casi todo, al menos lo que tenía en mente en una especie de lista mental con la que parece que pasamos a la madurez después de la adolescencia.

Hay un truco para obviar lo que sucede y no sentirnos mal con lo que somos y que es hacer la vista gorda con nosotros mismos, hacer que no sabemos cuando irrumpe el pensamiento de mediocridad, de vida malgastada, de "podía haber hecho más", huir de la infelicidad hacia la felicidad más inmediata, pensar a corto plazo y no mirar solo hacia las metas que se adivinan en el horizonte y quizá nunca alcancemos. Paso la mitad del día lamentándome de lo que no hago en vez de disfrutar de lo que disfruto. Medio fin de semana echando de menos lo que podría tener si quisiera. Media vida con miedo de la otra media. Media vida enamorándome y buscando a mi media naranja y media vida intentando olvidar.

Siempre he pensado que la mitad de nosotros es valentía y energía y felicidad y la otra media tristeza. En un magnífico diálogo entre dos adolescentes en la novela de Nicole Krauss, titulada La historia del amor, el chico le dice a la chica a la que ama: "El que hoy seas un poco más feliz no quiere decir que no te sientas un poco más triste. Cada día te trae un poco de cada...". Y así es, o al menos así lo siento yo. No me queda más que aceptar los dos polos y quedarme en el término medio, que no está tan mal pero no me apasiona.

2 comentarios:

  1. Desconozco el término "a medias" en tanto que en la vida uno lleve a cabo actos que resulten en ese mismo punto, es decir, mediar es bonito, equilibrar también, moverse entre dos aguas resulta a veces tentador; por contra, con respecto a lo que uno alcanza en la vida, medir esta variable podría parecer más propia de competencia. ¿porqué uno habla un inglés medio? si uno se entiende para ciertos menesteres, sea el idioma que sea siempre será mejor que no hablar nada, y eso, para muchas personas es toda una hazaña. Nunca he pretendido alcanzar la cima del Annapurna ni lo pretendo ¿significa que haber llegado a unos 4.000 metros es estar en la media? Esa era la meta y no me comparo con Edurne Pasaban.
    Cuarenta años son una flor en medio de un jardin, lo dice otro cuarentón :-), nadar es nadar y ganar medallas otra cosa; con no ahogarse ya es suficiente, como sentirse en forma es mejor que correr catorce maratones o eso me parece a mi.
    Contemplar los actos humanos propios como "a medias" es tan injusto como darle la misma educación a dos niños nacidos el mismo día en lugares separados por miles de kilómetros de distancia. Somos seres diferentes y nunca podremos ser iguales o pretender ser iguales; !viva la diferencia¡
    Seguro que rozas la excelencia en muchos otros aspectos que no señalas y que por pudor o licencia literaria no mencionas. Eres mucho más que esa media aritmética que señalas, a medias es mediocridad y no es precisamente lo que destaca en ti.
    Vive de lo bueno, de lo placentero y sufre menos lo malo, lo detestable, estamos preparados para ello, incluso el cerebro borra todo aquello que nos provoca colapsos o eso creo o así lo vivo.
    Besos
    Javi

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  2. In the middle of nowhere...

    Mediocre. Resulta que de las dos acepciones de este adjetivo parece que el mundo solo se queda con la segunda (De poco mérito, tirando a malo.) cuando la primera y mas exacta (De calidad media.) indica esa amplia franja en la que casi todos nos movemos. Y es que la percepción de uno mismo es inalterablemente optimista y salvo excepciones devenidas por enfermedades tendemos a considerarnos por encima de la media cuando esto es estadisticamente imposible.
    Dicho esto y sin conocer todas las habilidades que te caracterizan doy fé que en un numero superior a esa media te adornan habilidades muy superiores a la media pero la exigencia autoimpuesta de un horizonte inalcanzable hace que no veas en su justa medida lo lejos que estas de la susodicha media.
    Believe in yourself

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